La Txalaparta [Instrumento de percusión tradicional del País Vasco] suena a partir de los golpes que van produciendo los que la percuten, pero una vez concluido el acto de tocar, ninguno es dueño de lo que ha sonado; no se puede agarrar, su naturaleza desafía la fijación, el golpe se convierte en algo liberador que muta el alma del que trabaja. La escucha y la percepción del propio cuerpo se tornan más profundas, se convierten en vuelo. Es la multiplicación de las potencias de la acción; es la evidencia de ese amasijo de materias diversas que somos.
*Para todos los públicos.